«Investigadores del Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (IDIBELL) y la Universitat de Barcelona (UB), en colaboración con otros centros, han descubierto que una vida intelectualmente activa tiene un efecto protector en la progresión y severidad de los tres tipos de síntomas de la enfermedad de Huntington, cognitivos, motores y psiquiátricos. Es una enfermedad neurodegenerativa de origen genético que debuta en edad adulta, normalmente en torno a los 40 años. Las personas sufren una degeneración progresiva que se acaba manifestando en afectaciones muy incapacitantes. Hace tiempo que se conoce la causa genética y se dispone de un test para identificar portadores antes del inicio de los síntomas, pero la enfermedad no tiene cura hoy por hoy

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