La Enfermedad de Huntington (EH) es una alteración neurológica degenerativa que afecta de forma característica a los ganglios basales y también involucra a la corteza cerebral. Su herencia es autosómica dominante de modo tal que cada hijo de un padre afectado tiene un 50% de riesgo de heredar el gen de la EH. En 1983 se localizó el gen de la EH en el brazo corto del cromosoma 4; diez años más tarde finalmente se aisló el gen. El defecto consiste en lo siguiente: el código del ADN se compone de 4 tipos de nucleótidos (A, T, C, G) que se combinan para formar la secuencia de los genes. Las proteínas están formadas por 20 tipos de aminoácidos, en las células las secuencias de nucleótidos se leen de tres en tres (tripletes) y cada triplete se traduce a un aminoácido. El gen causante de la EH, contiene en su secuencia de nucleótidos una zona rica en el triplete CAG, que se traduce en la proteína huntingtina a una zona rica en el aminoácido glutamina. Cuando el número de veces que se repite el triplete CAG es superior a 36 se considera el gen defectuoso y a la persona portadora de la EH. Aún no se sabe el proceso mediante el cual este defecto genético produce la EH y se desconoce el funcionamiento normal del gen.
En la mayoría de los casos, la EH se inicia en la etapa media de la vida, y se puede dividir de forma general en tres etapas. En las etapas iniciales de la enfermedad, las manifestaciones incluyen cambios sutiles de coordinación, tal vez algunos movimientos involuntarios menores, dificultad para pensar en problemas y, frecuentemente, ánimo deprimido o irritable. En la etapa intermediaria, la corea ya se torna prominente y la dificultad para llevar a cabo movimientos voluntarios es más evidente, acompañada de un empeoramiento de la disartria (alteraciones en el habla) y de la disfagia (dificultad en la deglución). A medida que las deficiencias cognitivas aumentan, el paciente estará incapacitado de mantener una responsabilidad de trabajo o de llevar a cabo labores del hogar. Los pacientes en etapas tardías de la enfermedad, pueden presentar corea severa, pero más frecuentemente se encuentran rígidos y bradicinéticos. Por lo general no pueden comunicarse, están confinados a una cama con una demencia más global, pero aún así retienen un grado significativo de comprensión verbal. Las alteraciones psiquiátricas se pueden presentar en cualquier etapa de la enfermedad, inclusive varios años antes del desarrollo de los síntomas motores.
Cuando la EH se inicia en la infancia o en la adolescencia (EH de inicio juvenil), por lo general se presenta con bajo rendimiento escolar, bradicinesia y distonía con o sin hipertonía. Los movimientos involuntarios pueden manifestarse como temblor en lugar de corea y pueden aparecer crisis convulsivas. Esta forma rígido-acinética (llamada la variante de Westphal de la EH) empeora más rápidamente y rara vez excede 14 años de duración.
El diagnóstico clínico de la EH está basado en la presencia de síntomas y en una historia familiar de la EH. El trastorno motor se puede cuantificar utilizando el Examen Neurológico Cuantificado desarrollado en la Clínica de la Enfermedad de Huntington del Jhons Hopkins Hospital. El hallazgo de atrofia en el núcleo caudado por la Tomografía Axial Computada (TAC) o por una imagen de Resonancia Magnética (IRM) es sugestivo de EH pero no es un hallazgo suficiente o necesario para elaborar el diagnóstico. La evaluación genética con fin diagnóstico puede también ser de utilidad, especialmente cuando no se puede obtener una historia familiar o ésta es poco clara, o si los signos neurológicos se encuentran presentes pero no son claramente compatibles con la Enfermedad de Huntington. Una prueba de gen positivo en ausencia de signos neurológicos indica la presencia del gen de la EH pero no el inicio de la enfermedad.